No existe «el» mejor método de riego, sino que existe «un» método de riego que es el más apropiado para cada situación. Los métodos de riego por gravedad tienen claras ventajas respecto a los métodos presurizados en cuanto a los costos de inversión y operativos. Sin embargo, es muy frecuente que los productores y sus técnicos asesores descarten a priori la elección de este método. Los argumentos más frecuentemente utilizados para ello son: i. el riego por superficie es poco uniforme, ii. Es muy ineficiente y por lo tanto desperdicia mucha agua, y iii. es muy difícil de instrumentar y por ello es necesario tener mano de obra muy calificada. En este trabajo se intentará discutir y poner en perspectiva esas afirmaciones. Respecto a las dos primeras se demostrará que son generalizaciones y preconceptos que no necesariamente deben ocurrir en un riego bien diseñado y operado. Respecto a la tercera, se discutirán las condiciones por las cuales regar por superficie en nuestro país es difícil. Éstas son las que se relacionan con las altas pendientes predominantes, y que los suelos agrícolas tienen un horizonte superficial de muy escaso espesor, por lo que no es posible realizar nivelación del terreno. Para superar lo anterior propondremos metodologías de riego por superficie adaptadas a las condiciones del Uruguay, en diferentes situaciones de cultivos y topografía. Además de los menores costos ya señalados, dichas metodologías, permiten un manejo eficiente del agua y la conservación del recurso suelo, y son fáciles de operar por los productores.
García Petillo, M. (2011). Análisis crítico del riego por gravedad en las condiciones del Uruguay. Agrociencia, 15(2), pp. 76-82.