La tan limeña como antigua institución de la \"escuelita\", constituyó siempre una de las notas más pintorescas de la ciudad. Aquella casa tan severa y silenciosa luego del toque de vísperas, era la que se tomaba el trabajo de albergar a la inquieta población infantil de aquel sector durante la mayor parte del día, y la figura del dómine o maestro, a la que Palma viera como aproximado remedo de aquel licenciado Cabra de \"El Buscón\" y Málaga Greuet nos dibujara con gabán, barretina y palmatoria, era quien tenía el mérito de contener los impulsos de los albergados. Esto hacia del maestro un personaje de singular figuración en esa Lima que se fue. La historia sucinta e incompleta de la \"escuelita de primeras letras\" en el siglo XVI, es la que vamos a ver más adelante.
* Párrafo del texto extraído como resumen
Del Busto, J. (1953-1955). Un curioso reglamento para los maestros de escuela. Boletín del Instituto Riva Agüero, Nro. 2, pp. 139-150.