La importancia de los minerales traza en la alimentación humana, está relacionada a su esencialidad y a los importantes efectos que producen moderadas carencias en la dieta en individuos muy jóvenes y en adultos mayores (Darnton-Hill, 2010). El Zn, Fe, Se y Cu están involucrados en la prevención de deficiencias nutricionales, en la defensa inmune a nivel celular y humoral, en la regulación de la expresión de los genes en la fase de respuesta aguda, en las defensas antioxidantes y en la prevención de las enfermedades crónicas (Darnton-Hill & Ahmed, 2010).
La anemia por deficiencia de hierro aún moderada, es un problema de importancia global (Nestel & Davidsson, 2002) y ha sido recientemente reconocida como una de las principales causas de déficit cognitivo en niños en edad escolar, tiene profundos efectos en la productividad por la reducción de la capacidad física de trabajo, con implicancias económicas (Darnton-Hill et al., 2007). Por otro lado, la ingesta de Fe, Zn, y Cu en mujeres jóvenes está muy por debajo de los requerimientos (Christian, 2010) comprometiendo el desarrollo de la gestación y del feto. En adultos mayores de 65 años la baja ingesta de Selenio afectaría la capacidad cognitiva y aumentaría el riesgo de enfermedades crónicas (Fisinin, 2009; Fairweather-Tait et al., 2010). Los alimentos de origen animal, son la fuente.
Cristina Cabrera, M. (2010). Minerales y metales en los productos animales un desafío para la diferenciación por calidad. Agrociencia, 14(3), pp. 54-56.