La utilización del himno religioso en Occidente, como una forma de control ideológico frente al avance de las heterodoxias, fue instaurada definitivamente por Ambrosio, obispo de Milán, al conciliar el material himnódico precedente con las necesidades catequísticas que la época le impuso. El episcopus milanés logró concebir un modelo poético, estrófico y rítmico de fácil recepción que funcionaba como instrumento de conversión e instrucción doctrinal y un regulador de las oraciones litúrgicas. El himno ambrosiano no fue, sin embargo, el primero que se ajustó a los principios del credo niceno en la lucha contra diversas formas de herejía, en particular el arrianismo, pero sí fue el primero que innovó desde lo musical y lo rítmico. Su popularidad, basada en su modo ?cantable?, se cimentó a partir de la novedad de su estructura compositiva, en la que se pueden advertir frecuentes correspondencias métricas y acentuales que posibilitaba una más rápida memorización. A través de esta comunicación se procurará exponer las innovaciones estructurales de la himnodia ambrosiana en materia rítmica, las cuales giran en torno a la repetición arbitraria del número ocho; asimismo el número ocho contiene funciones temático-emotivas comparables con las funciones tonales de la escala musical y, en especial, el modo jónico que es el que llegó hasta hoy como escala mayor natural.
Pégolo, L. & Abecian, M. (2009). La estructura del himno ambrosiano y su relación con las funciones tonales de la escala musical. Auster, nro. 14, pp. 117-128.