Este trabajo no intentará abordar en profundidad ninguno de los muchos y muy complejos problemas que plantea el Cratilo - creemos que no es el lugar adecuado para ello - sino, más bien, pretende mostrar un posible camino hacia la superación de la disyuntiva que, en el marco de la oposición physis-nomos, parece quedar abierta aún al término del diálogo. Recordemos que a partir de 438 a 439b la propuesta socrática es de ir directamente \'a las cosas\', es decir acceder a la realidad sin mediaciones. Y, bien sabemos cuál es el sentido que la noción de \'realidad\' tiene para Platón. Creemos, pues, que se refiere al ámbito de lo-en-sí: las Ideas. Es en base a esa introducción en el diálogo del ámbito de las formas que nos proponemos ofrecer algunas consideraciones acerca de la relación lenguaje-realidad o, tal como se recorta en el Cratilo esta cuestión, la relación entre el nombre y aquello a lo que el nombre refiere, con la consecuente cuestión - la que nos interesa especialmente - de la validez de dicha nominación. Resumiendo: qué garantiza el nombre correcto de cada cosa, tal el problema que intentaremos abordar. En este sentido apelaremos a dos nociones: la de homonimia y la de eponimia, que juegan -a nuestro entender- un papel fundamental en la obra platónica, sin que cuenten común tratamiento especial y exhaustivo en ninguno de los trabajos que conocemos. Es por ello, que haremos un rastreo del uso de ambos términos a partir del cual mostraremos la importancia que la eponimia juega en la relación nombre-cosa-Idea.
Femenías, M. (1986). El Cratilo de Platón: nota acerca de la noción de eponimia. Revista de filosofía y teoría política, nro. 26-27, pp. 243-247.