Establecer el lugar que el Tratado de las pasiones del alma [1649] ocupó en el \"árbol de la sabiduría\" creo que depende en parte de las respuestas que se den a la siguientes preguntas: Primero, ¿cómo se vincularon las nociones primitivas de alma, cuerpo, y unión, irreductibles y opuestas -para no Ilamarles contradictorias- en el sistema cartesiano?; segundo, ¿podemos interpretar el tratado como una respuesta a este problema? Aunque no tengamos aún respuestas a los interrogantes anteriores, de todas maneras, la tarea no es imposible si hacemos caso omiso de cierta circularidad en nuestra argumentación. Por lo pronto, se consideran ciertas conclusiones, para compensar esta deficiencia, como meras conjeturas.
López García, A. (1996). Cielos seducidos. Revista de filosofía y teoría política, nro. 31-32, pp. 405-409.