Durante la década de 1880, la resolución de la "cuestión Capital", permitió efectivizar en la Argentina el proceso de organización de las instituciones requeridas para el funcionamiento de una nación moderna, a partir de la condición fáctica establecida por la fijación de las respectivas sedes de los poderes públicos nacional y provincial. Acompañando este proceso, emergieron las respuestas que vinieron a dar forma material al poder a través de espacios arquitectónicos que afirmaron su respetabilidad social, atendiendo a la necesidad funcional y representativa de contener las nuevas instituciones y de transmitir los valores de un Estado-nación aún en ciernes.
Vallejo, G. (2004). Máquinas de educar para la 'Nueva Capital' (1882-1890). Anuario del Instituto de Historia Argentina, nro. 4, pp. 273-303.