Los versos 990-1008 de Suplicantes de Eurípides constituyen un verdadero locus desperatus: allí Evadne se presenta sobre la escena y expresa en versos líricos los sentimientos previos a su suicidio final. Ni la métrica sin responsio del pasaje, ni el texto evidentemente corrupto, ni la gramática inadecuada ayudan a comprender el sentido del pasaje. Tan así es que la mayoría de los editores ha renunciado a tratar de comprender el sentido de sus palabras. Sin embargo, creemos que la adecuada interpretación de la metáfora utilizada por la esposa de Capaneo ayudará a la comprensión del pasaje: se trata de un priamel que se constituye en patético recordatorio del día de la boda por parte de una mujer que está a punto de suicidarse sobre la tumba de su esposo ya muerto. El fuego del rayo que mató a Capaneo, así como el fuego de la pira en donde arde ahora su cadáver (y en la que ella misma se arrojará muy pronto), le suscitan una serie de recuerdos de días mejores, vinculados todos ellos con el fuego y con la luz. La mención del carro del sol y de la luna, que constituye una metáfora casi cristalizada en la literatura griega, permite desarrollar de manera novedosa otra metáfora: las muchachas que, también ellas, cabalgan sobre la oscuridad portando sus antorchas. Evadne destaca la alegría que reinó el día de su boda, para que sea más agudo el contraste con el momento presente.
Nápoli, J. (2011). "Suplicantes" de Eurípides: una interpretación metafórica de la monodia de Evadne (versos 990-1008). Synthesis, nro. 18, pp. 113-124.