El IV Congreso del Partido Comunista de Cuba, celebrado en octubre de 1991, estuvo marcado por una voluntad continuista. Aunque el país atraviesa una de sus peores crisis, las reformas fueron pocas, dirigidas principalmente a aumentar la representatividad del partido y el grado de democracia en su funcionamiento interno. En el aspecto económico el único cambio fue el permitir a ciertas categorías profesionales el trabajo por cuenta propia.
América Latina Hoy, 3(3), pp. 73-75
Año: 1992