Desde la revolución cognitiva, los estudiosos de la cognición no han dejado de preguntarse cómo es que los seres humanos se representan el conocimiento. Surge, así, el supuesto de las representaciones mentales que, con el correr del tiempo y según la disciplina en la que se proponen, han recibido distintos nombres, como “marco” (Minsky, 1974), “guión” (Schank y Abelson, 1987), “modelos mentales” (Johnson-Laird, 1990), entre otros. Los estudios de la comprensión textual no han sido ajenos a esta hipótesis de que los individuos construyen representaciones en sus mentes. En este marco, a fines del siglo XX, van Dijk y Kintsch (1983) proponen que los comprendedores (de textos orales como escritos) procesan la información textual a partir de tres niveles de representación: código de superficie, texto-base y modelo de situación (MS). El foco de interés de este artículo es el último nivel, ya que por su impacto y aceptación se ha convertido, junto con los otros dos niveles, en un “supuesto no controversial” (Graesser, Singer y Trabasso, 1994). Específicamente, discutimos críticamente la concepción de Kintsch (1988, 1998) respecto de este tipo de representación mental y su valor para los estudios de la comprensión. Para lograr este objetivo, revisamos el contexto de aparición de este constructo teórico para luego centrarnos en el tratamiento de esta representación mental en el modelo de construcciónintegración de Kintsch (1988, 1999). Finalmente, examinamos a la luz de diversos experimentos (McNamara, 2004; Zwaan y Taylor, 2006, entre otros) la validez psicológica de los MS, lo que permitirá reafirmar no solo su valor para los estudios de la comprensión textual sino también para la educación y, en general, para el estudio de la cognición (Kintsch, 2004).
Tijero Neyra, T. (2009). Representaciones mentales: discusión crítica del modelo de situación de Kintsch. Onomázein, nro. 19, pp. 111-138.