En literatura antigua, especialmente en obras de género histórico, hay ejemplos en los que nuestras dudas acerca de la historicidad de alguno de los elementos narrativos parece poner en peligro la veracidad de toda la narración. Algunas narraciones de Heródoto, por ejemplo, Hesíodo u Homero podrían ilustrar lo que menciono. Es claro que esto no ocurre cuando consideramos que la obra es un mito o una cuya única interpretación posible es alegórica. Así, parece claro que en literatura antigua nosotros entendemos los hechos históricos como un fundamento de realidad, aunque usualmente olvidamos que una narración puede contener algunos elementos de arte, cuya función no es necesariamente agregar historicidad al relato. Similarmente, in alio sensu, parece que tenemos la tendencia a pensar que la ocurrencia de tal clase de elementos en una narración es un signo de que la obra debe ser interpretada alegóricamente.
Correia, M. (1999). Notas sobre la historicidad de la escena del jardín de Milán en Las Confesiones de San Agustín. Onomázein, nro. 4, pp. 481-490.