El presente artículo se inscribe dentro de los intentos por explicar la racionalidad detrás de las decisiones de los agentes económicos. Como premisa principal se considera que la racionalidad económica no responde solamente al cálculo de costos y beneficios concretos y objetivizados (dinero, favores, etc.) sino a un cálculo social-simbólico, donde la afectividad y las normas sociales que rigen las relaciones entre los actores pasan a ser una de las condicionantes importantes. El referente empírico es un estudio sobre los comerciantes ambulantes en Independencia, un distrito ubicado en el Cono Norte de Lima Metropolitana. En este estudio, la personalización de las relaciones económicas lleva a estos agentes a compatibilizar -obviamente, con conflictos de por medio- un discurso social y simbólico con los intereses de preservación de sus dinámicas e interrelaciones económicas entre sus pares, clientes y proveedores, de modo tal que se conforman redes sociales que posibilitan y/o limitan la capacidad de instrumentalizar en determinado sentido los vínculos construidos con fines comerciales.
Aliaga, L. (2002). Racionalidad económica y redes sociales; las “paraditas” y su mercado. Investigaciones Sociales, 6 (10), pp. 1-20.