El Perú es un país geográficamente diverso, con relieves accidentados y geoformas muy variadas que determinan su variedad climática, con múltiples ecosistemas y una biodiversidad única en el mundo. En este contexto, por un lado, los modos de ocupación del territorio por el hombre se dio de manera espontánea y circunstancial, lo que generó un caos y desequilibrio en la ocupación del territorio nacional; por otro, el Estado tampoco ha avanzado, pues las delimitaciones de las circunscripciones político-administrativas no reflejan la realidad geográfica y mucho menos los intereses de la sociedad que más bien generan conflictos limítrofes entre distritos, provincias y departamentos. Sin embargo, esta situación puede ser superada con una visión de país integrado, competitivo y desarrollado, y para lograrlo se debe optar como política de Estado que el ordenamiento territorial sea un instrumento de planificación física a nivel nacional, regional, microrregional y local.
Cruz Reyes, F. (2005). El ordenamiento territorial. Instrumento de integración, competencia y desarrollo. Investigaciones Sociales, 9 (14), pp. 1-9.