Dos lombrices tropicales, una exótica (Pontoscolex corethrurus) y otra nativa (Glossoscolecidae sp.) de Veracruz, México, fueron cultivadas en condiciones de laboratorio para colectar sus respectivos turrículos (deyecciones) cada 48 horas, medir su tasa de producción y el efecto que ejercen sobre varios parámetros químicos en el suelo excretado. Ambas especies fueron cultivadas en un Lixisol (La Víbora) y P. corethrurus lo fue también en otros dos tipos de suelo, un Vertisol (Plan de las Hayas) y un Andosol (Los Tuxtlas). Los parámetros químicos medidos en los turrículos y en suelo testigo (control) fueron los siguientes: pH, C, N, C/N, NO3, NH4, Na, K, Ca, Mg, CIC, P-asimilable, P-Total, P-Resinas, Al, Fe, Cu, Zn, Mn. Para P. corethrurus la producción de turrículos superficiales fue más alta en los suelos con menor contenido de MO. En el Lixisol, Glossoscolecidae sp. produjo menor cantidad de turrículos comparada con P. corethrurus, pero promovió una disponibilidad mayor, especialmente de K, Na Mg, Mn, Fe, K y NH4. Pontoscolex corethrurus promovió también la concentración de la mayor parte de los parámetros estudiados con respecto al suelo control, tanto en el Andosol como en el Vertisol; en el Lixisol, esta especie incrementó la concentración en la mitad de los parámetros. Pontoscolex corethrurus tiene una capacidad alta de adaptarse a diferentes suelos y de modificar sus características químicas, promoviendo la disponibilidad de diversos elementos esenciales para el crecimiento vegetal; eso es especialmente importante en los suelos más pobres como el Lixisol.
Hernández Castellanos, B. et al. (2010). Modificaciones químicas inducidas por dos especies de lombrices geófagas en suelos de Veracruz, México. Acta Zoológica Mexicana, 26(3) ESP, pp. 281-294.