El crecimiento y aumento de complejidad de las organizaciones, así como el dinamismo del entorno, supone para la empresa una necesidad de innovación entendida como el medio de explotar las oportunidades que ofrecen los cambios del sistema. La innovación puede ser considerada en dos sentidos: uno amplio en el que se incluyen todos los cambios que se realizan en la empresa con el fin de aprovechar las oportunidades que ofrece el entorno, que implica no sólo cambios en la tecnología sino que tiene componentes económicos y sociales, y el otro, en sentido más estricto, denominado novación tecnológica, centrado en el desarrollo de nuevos productos y procesos. Un segundo aspecto que desarrolla el presente trabajo está relacionado con las organizaciones inteligentes, aquellas que se caracterizan por su permanente apertura al aprendizaje, basados en las cinco disciplinas centrales propuestas por Peter Senge: dominio personal, modelos mentales, trabajo en equipo, visión compartida y pensamiento sistémico.
Castillo Maza, J. (2000). El proceso de cambio en las organizaciones y la organización inteligente. Gestión en el Tercer Milenio, II (4), pp. 61-65.