Desde comienzos del siglo XX se hace evidente el interés por la cultura artística en el público masivo, lo que origina aspiraciones contrastantes con la escasez de capital simbólico de la que partían. La revista rioplatense Caras y Caretas alimentó ese interés, poniendo en circulación multitud de textos e imágenes y dio lugar a un imaginario de visibilidad en el cual era posible pasar del consumo a la producción cultural. El artículo analiza ese fenómeno a partir de textos y dibujos de colaboradores inexpertos.
Rogers, G. (2007). Escuela de aficionados. Lectores y letras de molde en la cultura emergente de 1900. Orbis Tertius, nro. 13, pp. 1-9.