Aunque lo precedieron algunos ejercicios anteriores, el largo poema “Los mundos”, que publicó en aquella ciudad en 1893 puede muy bien ser considerado, por varias razones, como un texto emblemático de esos comienzos. Una de ellas, y no la menos significativa, es que antes de esa publicación Lugones lo había declamado con gran éxito en un festival realizado en el teatro Rivera Indarte. Más allá de que ese gesto obedecía indudablemente a una modalidad propia de los hábitos culturales de la época, lo cierto es que dio a conocer el poema y se dio a conocer a sí mismo como escritor bajo una forma espectacular que habría de ser recurrente en su trayectoria futura: el poeta en el escenario, con su cuerpo y su voz, esos signos de la presencia, en primer plano, ante un auditorio subyugado por sus dotes de orador.
Gramuglio, M. (1996). Comienzos en fin de siglo: Leopoldo Lugones. Orbis Tertius, nro. 2-3, pp. 1-10.