Si la obra de arte y en especial la literatura forman no sólo un “muestrario” con visos de colección y una prueba en la demostración analítica es porque organizan básicamente un “exemplum” en la retórica y en la lógica del psicoanálisis. Su superabundancia, más allá del desconcierto fraguado por Freud para su “aproximación”, nos induce a pensar que las propuestas que se realizaron durante los años ‘60 para establecer axiomáticamente la relación entre psicoanálisis y literatura estaban marcadas por elementos puramente ideológicos.
Rosa, N. (1996). El lenguaje del ausente. Las razones de un fracaso. Orbis Tertius, nro. 2-3, pp. 1-15.