La palabra estela designa a un tipo específico de monumento egipcio. Eran erigidas con propósitos muy diversos, públicos y privados: algunas marcaban los límites entre Egipto y los países extranjeros; otras aseguraban la supervivencia del espíritu en la otra vida, desde el interior de una tumba. En todos los casos, las estelas registraban aquellos eventos cruciales en las vidas de los egipcios –de determinados estratos de la sociedad– para que persistieran a través del tiempo, o mejor dicho, escaparan de él. De ahí que, aunque se utilizaban distintos materiales, usualmente fueron talladas sobre granito, caliza y basalto. Constituyen, por lo tanto, uno de los mejores ejemplos del significado trascendente que los egipcios adjudicaban a su arte y al lenguaje escrito.
Andrade Marambio, F. (2012). Estela de Didia, hijo de Hatiay, Superintendente de los Escribas de Amón. Sociedades Precapitalistas, 1 (2), pp. 1-9.