Antopólogos y etnohistoriadores como Wolf, Geertz, los hermanos Tilly, Polanyi, Worsley, consideraron conveniente para comprender el contexto en el cual la industrialización tuvo lugar, estudiar la dinámica de las sociedades rurales. Al mismo tiempo, la industrialización comenzó a verse no ya como un salto brusco, despegue o revolución, sino más bien como un proceso de larga duración, en absoluto unilineal ni irreversible, proceso en el cual eran posibles estancamientos e involuciones, y que podía tener diferentes vías o formas de desarrollo.
Zuleta, M. (1989). Capital mercantil, unidad familiar y protoindustria. Boletín de Historia Social Europea, nro. 1, pp. 1-10.