Durante el siglo XIX, el imaginario de cronistas y viajeros nos ofrecía una visión de la Patagonia que la mostraba como dominio de bandidos legendarios y de tierras indómitas; las inclemencias del tiempo y el viento implacable no sólo la transformaban en un desierto, sino más bien en un destino de castigo, casi de destierro. Esta visión contrasta ampliamente con el imaginario actual: en éste, Patagonia es la depositaria de los tesoros de un mundo perdido y paradisíaco, la reserva natural de tierras, de agua pura y de especies protegidas.
Debattista, S. (2005). Patagonia: desarrollo y neoliberalismo. Sociohistórica. Cuadernos del CISH, (17-18), pp. 1-4.