En el presente trabajo buscamos poner en cuestión la relación entre desarrollo, desigualdad y territorio en el contexto actual de la globalización y en el marco de las políticas públicas dirigidas, supuestamente, a favorecer a los actores sociales de menores recursos. Para ello nos centramos en un estudio de caso en el nordeste de la provincia de Misiones, Argentina. Aquí la actividad tabacalera, la forestación y la agricultura familiar (AF) alternativa (orientada a la producción de alimentos) entran en disputa por el territorio, dando lugar a conflictos por la ocupación de tierras privadas. Su análisis y devenir evidencia: (a) Las transformaciones territoriales resultantes de los procesos de avance de la globalización en ámbitos locales. (b) Los modos en que dichas transformaciones condicionan y limitan las propuestas de desarrollo originadas desde la política pública dirigida a paliar la desigualdad social. Para avanzar en la explicación de estos procesos consideramos necesario: (a) Reconocer las diferentes visiones y modalidades que dan cuenta de la desigualdad social, económica, política e institucional, tanto desde la perspectiva de los actores, como en sus expresiones materiales en el territorio en cuestión. (b) Identificar las relaciones de poder presentes en dicho ámbito (en particular en relación a la disputa por el uso y apropiación del recurso tierra). Y (c) examinar los distintos y contradictorios modelos y propuestas de desarrollo que dichas relaciones expresan. El estudio se basa en una metodología cualitativa sustentada en un estudio de caso y centrada en entrevistas realizadas durante 2008 y 2009 a los principales actores de un conflicto por la tierra situado en el nordeste de Misiones. El trabajo muestra las contradicciones de las políticas públicas que postulan crecimiento productivo y desarrollo en un marco legal de liberalización y desregulación a favor del ingreso de grandes inversiones transnacionales, sustentadas en actividades productivas a gran escala, altamente demandantes de tierra y agua. Inversiones que, contrariamente, tienen un débil requerimiento de fuerza de trabajo. Esta concepción de desarrollo, implícita en la propuesta de crecimiento económico de los sectores que hegemonizan el poder económico, visualiza la desigualdad social como una “externalidad negativa” que, de algún modo debe ser contenida, asistida; desconociendo, ignorando u ocultando que sólo a partir de cambios estructurales es posible superar aquellas desigualdades. En definitiva, se trata de un marco conceptual, ideológico y pragmático que implica un contexto inviable para la agricultura familiar. Por su parte, los pequeños productores y trabajadores rurales que logran alcanzar un mayor grado de comprensión de estos procesos, cuestionan el modelo de desarrollo dominante, así como las alianzas estratégicas que el estado tiene y mantiene con los sectores de poder. Y desde esta perspectiva, luchan por desempeñar un rol en el desarrollo a partir de la producción de alimentos, desde y para su lugar y/o su provincia.
Manzanal, M. et al. (2011). Desarrollo, territorio y desigualdad en la globalización. Conflictos actuales en la agricultura familiar del nordeste de Misiones, Argentina. Mundo Agrario, 12 (23), pp. 1-38.