Desde 1930, en un contexto nacional de industrialización por sustitución de importaciones, se establecerían nuevas estrategias para diversificar y aumentar ciertos rubros de la producción agroindustrial, tanto en áreas pampeanas como extrapampeanas. Las políticas activas desarrolladas por el Estado Nacional cumplirían un papel crucial en ese sentido. En relación a las mismas se observarían incrementos en la superficie cultivada con olivo en La Rioja, Catamarca, provincias cuyanas y el surgimiento de nuevos centros productores en Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Tucumán. Particularmente en La Rioja, el impulso a la investigación agronómica -desplegada como parte de esa política estatal- tendría una incidencia significativa en el desarrollo olivícola regional. La tradicional producción local del olivo -comercializada en pequeñas proporciones en circuitos locales, como parte de una economía doméstica diversificada- daría lugar a un proceso de especialización regional y a una integración a las cadenas agroindustriales nacionales.
Olivera, G. (2001). Olivo, políticas sustitutivas y heterogeneidad agraria (La Rioja 1940-1970). Mundo Agrario, 1 (2), pp. 1-36.