¿Por qué el FMLN y el gobierno salvadoreño, luego de doce años de guerra, lograron negociar un acuerdo de paz en menos de dos años mientras que las FARC-EP y el gobierno colombiano no han ni siquiera podido consolidar un cese del fuego en cuarenta y seis años de guerra? Se demuestra que el carácter extremista o moderado de los beligerantes es parte esencial de la respuesta a esta pregunta. La aversión a la incertidumbre política incita a moderados como el FMLN a negociar pactos que establecen instituciones propias a las democracias liberales. Éstas permiten una gestión pacífica de conflictos y fortalecen la gobernanza en el posconflicto. Entre tanto, la insensibilidad a la incertidumbre, la incapacidad a cuestionar la validez de la estrategia armada y la definición de supervivencia como acceso permanente al poder explican por qué extremistas como las FARC-EP tienden a exigir soluciones consociativas para deponer las armas, con lo cual se erigen obstáculos a la gobernanza en el posconflicto. El análisis de las relaciones de fuerza entre estos dos tipos de actores (antes de iniciar una negociación de paz) es fundamental para todo experto que busca identificar posibles obstáculos a la sostenibilidad de la paz y a la gobernanza en el posconflicto antes del inicio de una transición a partir de un marco de conflicto armado interno.
Chinchilla, F. (2009). Extremismo, moderación y gobernanza democrática en el posconflicto: las FARC-EP y el FMLN desde una perspectiva comparada. América Latina Hoy, 53, pp.129-156.