En la Casa Blanca se aprueba un plan: controlar el negocio de los estupefacientes a nivel mundial para financiar operaciones encubiertas contra el terrorismo. Desde Asia, Afganistán contribuirá con la heroína. En cuanto a la cocaína, el Perú aparece como el lugar perfecto: enrevesadamente corrupto, suficientemente estable, y cuna y sede de quien puede gestionar la corrupción como nadie en Latinoamérica. Pero el Doctor está tras las rejas: habrá que liberarlo. Reaparecen los cómplices de ayer: el Gordo, fumador empedernido y contrabandista de habanos; Pezuña, selvático experto en laboratorios; Pestañita, de aspecto frágil y antiguo, dispuesto a traicionar al partido de la estrella donde milita por amor; la bella y enigmática Sonia, otrora la verdadera inteligencia tras el poder corrupto. Respaldados por la potencia del norte, convierten a la más aguerrida seguidora del Chino en la venerada Luchita de Dios, retoman las campañas "psico-sociales" de los diarios chicha y consiguen la anuencia de los poderes de siempre para desarrollar sus planes.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Estrada, A. (2006). De milagros y pendejadas. Lima: Editorial Horizonte.
Páginas: 138