La anarquía es una figura, un principio organizativo, un modo de representación de lo político. El Estado es un principio diferente u opuesto. El espacio público en el que los seres humanos pueden reconocerse libres e iguales es una construcción histórica, paciente e inacabada. Como toda institución, depende de lo que ellos quieren y de lo que ellos hacen, por lo tanto está íntimamente ligada a las conquistas del pensamiento crítico y a la desacralización del mundo. Ni la naturaleza ni la «divinidad» han dado la libertad al hombre. Él se la dio a sí mismo, la conquistó día a día en una dura e interminable lucha contra el poder establecido. Y también contra el deseo de dominar que estaba en él.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Colombo, E. (2014). El espacio político de la anarquía. Esbozos para una filosofía política del anarquismo. (2da. ed.). Madrid: Editorial Klinamen