En su teoría de la justicia como equidad, John Rawls sostiene que la estructura básica es el objeto primario de la justicia y que, por ende, quedan excluidas las decisiones personales. Esta posición sufre un giro insospechado en la visión rawlsiana sobre la justicia en el comunismo. En sus tres lecciones sobre Marx, Rawls presenta una doble valoración: por un lado, sostiene que el comunismo es justo en virtud de su distribución igualitaria; por otro, afirma que la ausencia de un sentido de lo justo y de la obligación moral en la vida cotidiana hace que ésta sea una sociedad más allá de la justicia. La justicia ya no depende sólo de la operación de los primeros principios en la estructura básica, sino también de las actitudes personales.
Lizárraga, F. (2011). Rawls, la estructura básica y el comunismo. Isegoría, (44), pp. 115-137