En este ensayo analizo algunas dificultades conceptuales asociadas a la exigencia de que las instituciones globales adquieran un grado mayor de legitimidad democrática. En ausencia de un Estado mundial, puede parecer inconsistente exigir que las instituciones globales sean responsables ante todos los que han de acatar sus decisiones y al mismo tiempo insistir en que los miembros de dichas instituciones, en tanto que representantes de sus respectivos Estados, mantengan las responsabilidades especiales que tienen con los ciudadanos de sus propios países. Esta dificultad parece insuperable a la luz de la extendida aceptación de la concepción de los derechos humanos centrada en el Estado, según la cual los Estados, y sólo ellos, son los responsables principales de proteger los derechos de sus ciudadanos. Contra esta concepción, defiendo la plausibilidad de una concepción alternativa, pluralista de las obligaciones derivadas de los derechos humanos. Para ello argumento que, si se tiene en cuenta la distinción tripartita entre la obligación de respetar, proteger y realizar los derechos humanos, no hay ninguna dificultad conceptual en exigir que tanto los Estados como los actores no estatales se responsabilicen por sus respectivas obligaciones en materia de derechos humanos.
Lafont, C. (2010). Responsabilidad, inclusión y gobernanza global: Una crítica de la concepción estatista de los derechos humanos. Isegoría, (43), pp. 407-434