En este artículo me ocupo de algunas características de las emociones y de sus relaciones con otras actitudes proposicionales que les permiten ocupar un lugar en el «espacio de las razones» y funcionar así como explicaciones de acciones intencionales. Examino las diferentes formas de usar los términos de emoción y las consecuencias que esto tiene para la explicación tanto de las emociones como de las acciones. Concluyo que el modelo de emociones de Davidson es demasiado restrictivo y opto por una forma de inteligibilidad menos rígida, la de la «causación razonable», que nos permite entender un estado mental o una acción como un efecto razonable de un conjunto de estados proposicionales. Finalmente menciono cómo la atribución de rasgos de la personalidad y otras actitudes generales sirven para guiar nuestras explicaciones y delimitar el tipo de estados mentales que pueden intervenir en ellas.
Hansberg, O. (2001). Las emociones y la explicación de la acción. Isegoría, (25), pp. 5-17