El mercado, como cualquier otro sistema de organización de la vida colectiva, es susceptible de evaluación moral. En las páginas que siguen se examinan las dos vías de fundamentación más comunes y se muestran sus limitaciones. La primera presenta al mercado como un sistema social necesario. lo cual se puede hacer por dos caminos: a) mostrando su superioridad desde cualquier criterio de evaluación, su superioridad incondicional; b) mostrando su carácter necesario, esto es, desprovisto de moralidad. La segunda vía pretende que el mercado es el único sistema compatible con valores morales generalmente aceptados.
Ovejero, F. (1994). Las defensas morales del mercado. Isegoría, (9), pp. 41-63