A partir del examen de un caso concreto, el de Gennaine Greer, se demuestra que la fundamentación teórica romántico- vitalista antiilustrada de algunas formas del feminismo de los años setenta desemboca actualmente en un discurso tradicionalista y mistificador que se apoya en categorías biologicistas para legitimar y salvar de la bancarrota intelectual y ética una concepción que la ideología patriarcal siempre sostuvo: la diferencia ontológica entre los sexos.
Puleo, A. (1992). De Marcuse a la Sociobiología: la deriva de una teoría feminista no ilustrada. Isegoría, (6), pp. 113-127