A la hora de encarar los problemas morales de nuestro tiempo, cabria hacerlo desde dos perspectivas bien distintas. La primera se atendría a la fundamentación de la moral en general, mientras que la segunda se preocuparía por su extensión, interesándole averiguar quiénes son exactamente aquéllos para con los cuales nos vemos obligados moralmente. El primer aspecto es una consecuencia del proyecto ilustrado de procurar a la ética una fundamentación racional que viniese a sustituir a la religioso-tradicional. Las corrientes utilitarista y contractualísta son tomadas como puntos de referencia para este análisis. La segunda perspectiva aborda una serie de problemas hada los que sólo nos hemos sensibilizado desde hace unas pocas décadas. En definitiva se trata de responder a la pregunta de quién compone la comunidad ética. ¿Acaso contamos realmente con las generaciones venideras, los disminuidos físicos y psíquicos, o los propios niños, cuando compulsamos nuestras obligaciones morales?
Tugendhat, E. (1991). La indefensión de los filósofos ante el desafío moral de nuestro tiempo. Isegoría, (3), pp. 107-118