Frente a una ética de buenas intenciones, se hace la propuesta de asumir que la responsabilidad y no el deber es la categoría central de la ética. Se analizan la moralidad y la legitimidad como doble raíz -individual y colectiva- de la responsabilidad y se defiende el postulado de que, en las circunstancias actuales, una condición indispensable para la supervivencia del género humano reside en el encuentro y fusión del conocimiento científico con el sentido de la responsabilidad que impone la conciencia Individual.
Sotelo, I. (1990). Moralidad, legalidad, legitimidad: reflexiones sobre la ética de la responsabilidad. Isegoría, (2), pp. 29-44