En la filosofía política contemporánea, hay dos conceptos que juegan un papel esencial para el tratamiento del problema de la legitimidad del Estado: el de consenso y el de racionalidad. Sin embargo, la importancia que generalmente se concede a estos conceptos no significa que exista acuerdo acerca del contenido semántico de racionalidad y acerca de las situaciones en que ha de practicarse el consenso racional, que es el que se supone permite juzgar acerca de la legitimidad del orden estatal. En lo que sigue me propongo (1) recordar brevemente, y a guisa de ejemplo, posiciones que toman como marco del consenso alguna de las dos situaciones mutuamente excluyentes y conjuntamente exhaustivas: la situación fáctica o la hipotética; (II) exponer el concepto de racionalidad que ellas sustentan y (III) sugerir un concepto de legitimidad en el que el consenso y la racionalidad juegan un papel diferente del que suele atribuírseles.
Garzón, E. (1990). Consenso, racionalidad y legitimidad. Isegoría, (2), pp. 13-28