El estudio de los efectos individuales de la participación se ha centrado sobre todo en la influencia de la deliberación en las preferencias de los actores, basándose principalmente en la investigación cuantitativa y experimental. En este artículo defiendo que la etnografía, mediante una aproximación praxeológica y procesual, puede ofrecer resultados sobre el aprendizaje de los actores en contextos de participación que van más allá de los efectos cognitivos que se suelen destacar. Apoyándonos en un estudio de caso sobre presupuestos participativos en Roma, la investigación demuestra que la participación permite adquirir nuevas aptitudes y hábitos cívicos, si bien puede generar también una mayor desconfianza en la política. Al explicar el proceso de aprendizaje, el artículo acentúa el diferente potencial de aprendizaje de las instituciones participativas. Una condición para que los efectos observados sean duraderos consiste en que la participación se repita a lo largo del tiempo. Ello requiere integración en la institución, lo que solo ocurre en algunos casos, pues la mayoría de los participantes se decepcionan al dejar de participar. Sin embargo, algunos participantes, al manejarse bien en el lenguaje de la institución, están lo bastante integrados como para adquirir nuevas aptitudes y conocimientos cívicos e incluso para asumir un proceso de politización. Por último, el estudio de las trayectorias de los actores a largo plazo permite extraer conclusiones sobre las condiciones sociales de la bifurcación cívica. Por tal motivo, la etnografía permite que se comprendan las consecuencias a largo plazo del compromiso cívico.
Talpin, J. (2012). ¿Qué puede aportar la etnografía al estudio de la democracia deliberativa? Evidencias procedentes de un estudio sobre el impacto de la participación en los actores. Revista Internacional de Sociología, 70 (e 2), pp. 143-163