El surgimiento de la imprenta significó un cambio sustantivo en el modo de circulación de los textos, hasta entonces de difusión manuscrita, e implicó asimismo un grado de participación cada vez mayor de impresores y cajistas sobre las obras, en detrimento de la figura autorial. Entre las innovaciones introducidas se destaca la inclusión de grabados xilográficos, destinados a ilustrar secciones del texto o a funcionar como recurso mnemotécnico. Sin embargo, dicho corpus xilográfico ha sido a menudo olvidado por los editores modernos, quienes al momento de realizar ediciones críticas de impresos antiguos, privilegian —comprensiblemente— las variantes textuales, pero por lo general omiten toda referencia a las variaciones iconográficas. En nuestra edición crítica de los cinco impresos castellanos del siglo XVI del Libro de las maravillas del mundo, de Juan de Mandevilla, advertimos que las xilografías varían de una edición a otra, llegando incluso a desviar el significado del texto escrito o introduciendo variantes textuales sólo explicables en relación con las imágenes que acompañan el texto. Por ello, consideramos que el aparato crítico debería dar cuenta de estos cambios iconográficos del mismo modo en que lo hace con las variantes léxicas.
Rodríguez, M. (2011). Imprenta y crítica textual: la iconografía del Libro de las maravillas del mundo de Juan de Mandevilla. Revista de Literatura, 73 (145), pp. 143-164.