"="">En la obra de Baltasar Gracián el tema de la amistad
desempeña un papel vital, decisivo. La crítica de los amigos falsos y
lisonjeros corre pareja con la visión entusiasta de la amistad verdadera. El
concepto aparece con frecuencia en el
Oráculo manual y en
El
Discreto, pero es en el Criticón donde el jesuita compone un canto
apasionado a la amistad, y la relación entre los dos protagonistas, Critilo y
Andrenio —manido lugar común del
amicus alter ego— se convierte en la
historia ejemplar de dos amigos en un mundo inmundo. En la densa trama de
citas, antecedentes, alusiones a muchos autores, predominan Platón,
Aristóteles, Cicerón y Séneca, transcritos a menudo al pie de la letra, y, sin
olvidar la revalorización del tema en otros géneros, Gracián recrea algunos
símbolos de la amistad. La versatilidad del escritor aragonés, capaz de
entrelazar los símbolos de la amistad con los de la prudencia para
transformarlos, parece remitir, como en el caso del Gerión tricéfalo de la
conocida tradición prudencial, a una más amplia y olvidada tradición, la que se
remonta a un texto de Luciano y a un diálogo de Torcuato Tasso, el
Toxaris
sive amicitia y el
Manso overo de l’amicizia.
"="">
"="">Gambin, F. (2008). Baltasar Gracián y la vidriosa amistad, ventajosa felicidad de la vida.
Revista de Literatura, 70 (139), pp. 47-66.