Aunque para el ciudadano común el término “óxido” usualmente tan sólo trae a la memoria la herrumbre que aparece en muchos objetos metálicos, en realidad abarca una gran variedad de sustancias, algunas de las cuales parecería improbable que pertenecieran a esta categoría, por ejemplo, el agua. Los óxidos son tan variados y tan cotidianos que, ellos o algunas especies químicas derivadas, constituyen la gran mayoría de nuestro mundo mineral y en algunos casos, incluso, son fundamentales para la vida. Un aspecto particularmente interesante de los óxidos es que los hay de dos tipos principales: ácidos y alcalinos; a su vez estos dos tipos de óxidos son antagonistas químicos de tal modo que mutuamente se neutralizan produciendo sustancias muy estables llamadas sales. Estas reacciones de neutralización son también fundamentales tanto para el mundo natural como para nuestro modo de vida moderno.
Gutiérrez, A. (2002). Química de todos los días: Un mundo de óxidos. Acta Universitaria, 12 (3), pp. 29-40.