Se puede decir con un buen grado de incertidumbre, que en las próximas décadas la estructura del sistema educativo será cada vez más rectangular; que en los siguientes veinte años la presión por ingresar al sistema educativo disminuirá en la educación básica y crecerá en la educación superior y se puede predecir que los índices de cobertura y retención mejorarán de manera lenta y progresiva. Se parte de la idea de que el momento presente es una construcción formada por datos y argumentos, el presente es poroso a la interpretación del pasado y está repleto de futuro. Se postula que conectando datos y argumentos se puede recortar el momento presente, pero asumiendo que tal conexión además de provisional y revisable, es radicalmente incierta y débil. De lo que se trata es de hacer legítima la ambigüedad de que en toda mirada sobre el presente, se intentará que tengan cabida tanto las expectativas como el escepticismo Se hace una reconstrucción a grandes brochazos del sistema escolar, gestionado por el Estado, que se le conoce a través de indicadores elaborados por especialistas, el sistema delinea la educación como aquello que gestiona el Estado: conformar condiciones básicas de igualdad social y unidad cultural.
Durán Ramírez, J. (2002). La educación mexicana, el escenario presente. Acta Universitaria, 12 (1), pp. 3-22.