Agustín de Montiano y Luyando no compuso Virginia (1750) y Ataúlfo (1753), las primeras tragedias neoclásicas españolas, como «teatro representable», sino como «teatro leído». Ambas tragedias fueron leídas en selectos y minoritarios círculos intelectuales y artísticos, porque el ambiente teatral español no hubiera aceptado el método trágico neoclásico que Montiano proponía. Ataúlfo no es una tragedia antiabsolutista escrita contra el orden establecido en la monarquía española. Ataúlfo expresa la desilusión y el desengaño de Montiano hacia las intrigas políticas del marqués de la Ensenada y de Rávago, cuando el gobierno de Fernando VI firmó el concordato con el papa Benedicto XIV en 1753.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Berbel, J. (2001). La tragedia Ataúlfo de Montiano y el concordato de 1753. Revista de Literatura, 63 (125), pp. 115-128.