Desde mediados de la década de 1960, el catolicismo argentino sufrió una aguda crisis interna, caracterizada por la radicalización de vastos sectores, tanto clericales como laicos, cuyos cuestionamientos fueron creciendo con el correr de los años. Desde los años setenta, la jerarquía eclesiástica estableció como objetivo central la reorganización de la Iglesia sobre bases conservadoras, lo que implicaba disciplinar a los sectores más radicalizados del campo católico. En este trabajo se analizan las características que adoptó dicho proceso en la teología, la liturgia y la pastoral durante los primeros años de la última dictadura militar.
Obregón, M. (2006). Vigilar y castigar: crisis y disciplinamiento en la Iglesia argentina en los años setenta. Anuario de Estudios Americanos, 63 (1), pp. 131-153.