El trabajo que ahora se publica constituye un empeño particularmente novedoso como ejercicio intelectual; lo de novedoso apunta a su afán original, poco común como tema de interés en un terreno que resulta abrupto, por lo general, porque examina las ciencias sociales a la luz de la filosofía de la ciencia. Sin embargo, la convergencia de ambas perspectivas, ciencia y filosofía, se resuelve a través de un dato biográfico: el autor del libro es un sociólogo que obtiene con este trabajo su doctorado en filosofía. De hecho, en América Latina, el interés es infrecuente si se establece la distante relación entre la investigación de la realidad empírica como tema social y los problemas de la epistemología y la filosofía de la ciencia. El problema que realmente interesa, a nuestro juicio, es doble o así puede ser visto: la teoría del conocimiento, como especulación y como instrumento de validación. Para lograrlo, en la primera parte, hay una incursión in extenso de la filosofía de la ciencia de Thomas Kuhn y un balance crítico a la luz de los señeros debates a que dio lugar la publicación de La Estructura de las Revoluciones Científicas. Pocos textos tienen una virtud “dialogante” como éste; ha sido expediente y motivo de numerosísimos comentarios con elogios y ocasión para refutaciones y diatribas. Provoca al diálogo y al disenso. En la segunda parte, la inmersión descriptiva se hace en un medio conocido y amable: las ciencias sociales contemporáneas en América Latina. ¿Cuán kuhnianos hemos sido o dejado de ser? El punto de partida no es un a priori que facilite el ejercicio óptico de ver la sociología de esta región como susceptible de un ordenamiento paradigmático. Sino más bien, un largo ejercicio de comprobaciones sucesivas de las diversas orientaciones teóricas que ocurrieron en los años setenta y ochenta en América Latina, y de los autores más importantes que se orientaron por esta visión epistemológica.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Cordero, A. (2008). El paradigma inconcluso. Kuhn y la sociología en América Latina. Guatemala: FLACSO.