Los acontecimientos de Guayaquil, en noviembre de 1922, constituyeron la expresión social más relevante de la crisis económica que, desde la I Guerra Mundial, afectaba al país. Los violentos sucesos supusieron el inicio de un cambio sustantivo en la correlación de las fuerzas sociales y políticas del Ecuador de los años 20; anunciaron el debilitamiento e inmediato final del régimen liberal que, sostenido por la oligarquía cacaotera de la costa ecuatoriana, se había mantenido en el poder desde 1895, a la par que significaron el comienzo de la presencia efectiva de nuevos actores sociales en la escena nacional. Sin embargo, por sus dimensiones de sacrificio popular y rebeldía ante el Estado, los sucesos han venido representando un auténtico hito fundacional para el movimiento obrero ecuatoriano, motivo que ha propiciado que esta perspectiva haya sido la predominante en la historiografía sobre el tema. En el presente artículo se ofrece una visión que, rebasando los márgenes estrictamente obreros de la cuestión, expone toda la complejidad de este hecho social, frecuentemente obviada, a través de las diversas interrelaciones de los diferentes sectores sociopolíticos que en él participaron.
González, M. (1997). Insurgencia popular, oligarquía regional y estado en el Ecuador liberal (1895-1925): la Huelga General de Guayaquil, 1922. Anuario de Estudios Americanos, 54 (1), pp. 159-184.