Desde que en 1873 Justo Rufino Barrios decretara la libertad de culto, haciendo estallar de este modo el monopolio espiritual que detentaba el catolicismo como religión del Estado en Guatemala, el movimiento protestante ha evolucionado paralelamente a los avatares políticos que siguieron a ese momento. La fase inicial protagonizada por misioneros norteamericanos ha ido dando paso a un proceso de lenta nacionalización de las iglesias. Las medidas anticlericales que caracterizaron la Reforma Liberal instaurada por Barrios, se vieron reforzadas durante el gobierno de su sucesor Manuel Estrada Cabrera (1898-1920). A partir de 1920 se sucedieron gobiernos nacionalistas que restaron apoyo a las misiones. El período democrático de los presidentes Arévalo y Arbenz (1945-1954) supuso una vuelta a los ideales liberales de Barrios, pero tras el golpe de Estado propiciado por la CIA en 1954, los protestantes cayeron momentáneamente en desgracia. Su recuperación se debió a la rápida pentecostalización de las iglesias, a su atomización y a la expansión en áreas indígenas. Había dado comienzo el proceso de nacionalización. La dictadura del general evangélico Efraín Ríos Montt (1982-1983) imprimiría un sello político definitivo en el protestantismo guatemalteco.
Cantón, M. (1995). Sobre la evolución histórica del protestantismo en Guatemala: de las primeras misiones a la nacionalización. Anuario de Estudios Americanos, 52 (1), pp. 145-159.