En los últimos años, han ocurrido acontecimientos de toda índole en la arena internacional: entre ellos, la clausura de la III Conferencia de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, después de aprobar la Convención Universal más importante que recuerda el curso de la convivencia humana. El 30 de abril de 1982, se puso término al proceso iniciado en 1958, con la 1 Conferencia de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar; y se consagró la tesis de las 200 millas, sostenida indeclinablemente por el Perú, en unión de las Repúblicas del Pacífico Sur y de los demás países en desarrollo de América, África y Asia, que dieron su voto a favor de la Convención, en términos de coincidencia que tampoco tiene paralelo en la historia de las relaciones internacionales. El l0 de diciembre del mismo año, la Convención fue suscrita por 119 países. La adopción de esta tesis y la consagración del principio que declara la riqueza de los fondos marinos como \"patrimonio común de la Humanidad\", constituyen el mejor triunfo de la acción diplomática del Perú y del esfuerzo de varias décadas, que se inicia con el Decreto Supremo de 1 de agosto de 1947, se reafirma en la \"Declaración de Santiago\" y se consolida a lo largo de las conferencias sobre el Derecho del Mar. En la perspectiva de estos 35 años, nada es más llamativo que el permanente impulso de la política internacional marítima, dentro de una misma dirección y con el propósito exclusivo de proteger en la mejor forma los intereses nacionales involucrados. Estos apuntes no pretenden ser exhaustivos, por cuanto en los 35 años que cubren, han sido muy variadas y, a veces, contradictorias las situaciones que se \'han presentado, mientras la acción diplomática peruana buscaba la mejor opción y la manera de identificar y precisar los intereses marítimos del país, para lograr en el contexto universal su protección viable y efectiva.
Bákula, J. M. (1985). El dominio marítimo del Perú. Lima: Fundación M.J. Bustamante de la Fuente