Constituyen la principal herramienta del comunicador para acceder a la información y para confirmarla. Pero, al mismo tiempo, las fuentes pueden llevarlo a cometer graves errores o a participar de “operaciones” sin saberlo. En el periodismo suele trazarse un paralelo entre las fuentes de información y los cimientos de una vivienda. Cuanto más fuertes sean las primeras, mayor impacto y –especialmente– credibilidad tendrá la noticia. En la cobertura de la realidad política este concepto se redimensiona, ya que allí cobra especial importancia el “tacto” y la experiencia del periodista en el manejo de los contactos.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Palacios, J. (2008). Un arma de doble filo. Tram[p]as de la Comunicación y la Cultura, (60), pp. 55-57