Antes de desarrollar el tema del artículo -que consiste en una serie de revisiones acerca del lugar de las prácticas, de los contenidos y de la enseñanza en las carreras universitarias de Letras- me gustaría señalar, y asumiendo el riesgo de establecer relaciones rápidas y directas entre temas tan complejos, que la tarea política que desde hace cinco siglos los pueblos latinoamericanos han enfrentado en relación a su emancipación y soberanía posee un diálogo -cruzado, mediado, tensado, pero diálogo al fin- con la enseñanza de lengua y literatura. Por el contrario, lo que llamamos enseñanza estuvo en estas tierras, durante mucho tiempo, ligada no a las maneras de la resistencia sino a modos de la dominación, principalmente focalizada en educar a las clases populares en supuestos valores universales (Rockwell, 2012).
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Dubin, M. (2014). Descolonizar la lengua y la literatura (o por qué continuamos oteando el mundo desde las carabelas de Cristóbal Colón). El Toldo de Astier, 5 (9), pp. 68-81