Qué leer con los chicos, con los adolescentes, es una pregunta que no cesa de desafiarnos, aunque debemos reconocer que esos desafíos se generan en las aulas, en los talleres, y rara vez por el aporte de un texto o de una clase que nos interpele desde la teoría. Sin embargo, durante el 2011 se produjeron dos de esas situaciones que dan qué pensar: una fue un seminario que dictó Analía Gerbaudo en medio del invierno marplatense; la otra, el artículo que Miguel Dalmaroni (2011) publicó en abril en El toldo de Astier. Estos estímulos se sumaron a algunas cuestiones que venimos discutiendo hace tiempo, a partir, por ejemplo, de un artículo que hemos utilizado largamente y que publicaran hace ¡veinte años! Claudia López y Gustavo Bombini, “La literatura juvenil o el malentendido adolescente” (1992), trabajo que nos ayudó a fundamentar en las discusiones con los alumnos la cuestión de que el camino más corto no suele ser el más interesante, en una analogía de la lectura con el viaje que no será original pero nos permite sintetizar aquí la cuestión. ¿Y qué pasaría –nos preguntamos‐ si este material lo contrastáramos con el panorama editorial como se presenta actualmente? ¿Qué es lo que permanece y qué es lo que ha cambiado desde entonces?
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Cañón, M. & Stapich, E. (2012). Acerca de atajos y caminos largos: la literatura juvenil. El toldo de Astier, 3 (4), pp. 65-78