La educación y la pedagogía libertaria fueron vistas por la mayoría de los precursores y militantes libertarios, a lo largo del siglo XIX y el XX, como un factor potencial para la transformación social. Un medio real para la liberación de la opresión y la alienación cotidiana del sistema capitalista, de los hombres. Tales ideas fueron heredadas de la Filosofía de la Ilustración y de los socialistas utópicos. Ciertamente esta pedagogía comenzó a tener como premisa la liberación y toma de conciencia de la explotación y la dominación en este mundo del hombre por el hombre, mediante la crítica a la educación religiosa y a la estatal. Ambas -por diferentes razones- impiden que las personas logren un pensamiento crítico, capaz de alterar la inmutable reproducción de las relaciones sociales y posibilitar la transformación social. Partieron así de la idea de que el educando -niño, joven o adulto, hombre o mujer- no pertenece o es propiedad de ninguna persona, institución estatal o religiosa, que por medio de la coacción y la imposición de ciertos saberes y prácticas cotidianas de trabajo escolar pueden deformar su alma, sus pensamientos y su propia libertad, con el objetivo de crear máquinas o autómatas en vez de personas libres.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Cáceres, M. & Acri, M. (2011). La educación libertaria en la Argentina y en México (1861- 1945). Buenos Aires: Libros de Anarres.