Algunas tradiciones historiográficas señalaban que el mercado colonial de abasto porteño era controlado por un grupo de hacendados en acuerdo con el Cabildo de Buenos Aires. La fijación de precios debía, por lo tanto, favorecer a los grandes hacendados en detrimento de la población. Sin embargo, a partir del estudio de las cuentas de una estancia, es posible demostrar que incluso grandes hacendados se encontraban subordinados a un mercado regulado donde el eje de una puja por el beneficio de transferencias de valor se situaba sobre todo entre el propio Cabildo y los “corraleros”, comercializadores que conectaban la campaña con los corrales de Buenos Aires.
Flores, J. (2014). Hacendados, cabildo y “corraleros”. El acceso de los hacendados al abasto de carne a partir del estudio de dos estancias de la campaña sur de Buenos Aires (1785-1809). Sociedades Precapitalistas, 4 (1), pp. 1-24.